sábado, 22 de noviembre de 2008

Siempre confié en la bondad de los desconocidos...


Podría decir que ésta es mi frase favorita, pertenece a la obra "Un tranvía llamado Deseo" de Tennessee Williams. Quiero referirla a ese punto de locura que tenemos tod@s pues, al igual que Blanch, a veces deliramos y hacemos de nuestra fantasía una evasión de nuestros problemas. A la vez, reconozco que sí suelo fiarme de la bondad de algun extraño, la mayoría de las veces son aquellos que tenemos cerca los que nos defraudan, mienten o disgustan. Es el caso de mi amiga la gata, (usaré nombres de animales siempre que me refiera a alguien de mi entorno) aparenta ser fiel pero en cuanto te descuidas ya ha hecho alguna de las suyas, y como cual gata fuese, reacciona estirandose, desafiante y alejandose con una elegancia nata que solo ella posee. Como si con ella no fuese la cosa.
Con la gata he vivido experiencias muy bonitas, otras no tanto pero, si fuese una gata mala ya no la tendría a mi lado. Su infancia y adolescéncia han debido ser complicadas por la forma en que actua a veces, pero su corazoncito es tan grande que a la vez que quejica y refunfuñona es agradecida y servicial.
Hoy es sábado, aprovecho el tiempo que me queda antes de ir al trabajo para relajarme y descansar, ayer estuve hecho polvo debido a un encuentro sexual que tuve el jueves, fue largo, apasionante y efusivo. Era algo que teníamos pendiente desde hacia unas semanas, por eso creo que fue tan brutal, repetiremos, estoy seguro...
Como podeis apreciar no estoy muy inspirado hoy, me cuesta enlazar temas y terminar frases. Entonces, es mejor dejarlo aqui, sin olvidar, eso si, la canción del día, la cual le dedico a la gata. Por su afán de superación, su carácter burlón, fino y elegante y su empeño en ganar, le dedico "Murde in the dance floor". Hazlo como tu sabes nena, pocas lo consiguen.

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